Un poco comparables a los teléfonos móviles de última generación (iPhone, BlackBerry), disponen de una pantalla táctil sobre la cual el usuario interactúa mediante sus dedos, sus manos o hasta mediante objetos. Poseen también un programa que interpreta los desplazamientos, o más específicamente los contactos, que el usuario efectúa en la superficie de la mesa táctil.
Además de la posibilidad de que varios dedos interactúen en la superficie táctil al mismo tiempo, algunas mesas táctiles permiten que varias personas puedan utilizarlas simultáneamente. Otras, como las mesas táctiles, son paredes o escaparates que utilizan el mismo principio de funcionamiento.